AHORRAR O INVERTIR ¿Cuál es mejor?
El primer paso para poner orden en tu bolsillo y hacer crecer tu riqueza es entender la diferencia entre ahorrar e invertir.
Quizás la forma más fácil de entender las diferencias entre un concepto y otro es que ahorrar implica solamente guardar una parte de nuestros ingresos para hacer algún uso de ese dinero. Por el contrario, invertir significa poner a trabajar esos ahorros para lograr sacarles rendimiento y que esa bolsa de dinero que hemos ido conformando engorde más.
Es decir, una de las principales contrastes entre ahorrar e invertir es que para lo primero hay que hacer un esfuerzo de planificación de nuestros gastos e ingresos para poder guardar una parte de lo que ganamos, mientras que para invertir es el propio dinero el que busca revalorizarse en función del producto de inversión que elijamos.
Ventajas y desventajas de AHORRAR.
Se puede romper la lavadora y hay que cambiarla de un día para otro. Nos gustaría hacer un viaje en familia. Quiero que mis hijos puedan estudiar en una universidad en el extranjero. Sé que una vez jubilada, tendré que complementar mi pensión pública.
En algunos casos son gastos imprevistos que hay que afrontar en ese momento y en otros son objetivos a medio y largo plazo que nos gustaría alcanzar, pero todos tienen en común que ahorrar nos permitirá, en mayor o menor medida, cubrir esos gastos necesarios o deseados.
Para ahorrar, la mejor herramienta es hacer un presupuesto mensual o anual en el que se recojan las principales cifras y sobre esa radiografía de nuestras finanzas decidir qué partidas de gastos se pueden reducir. Para eso, tener objetivos claros, saber para qué estoy ahorrando, nos ayudará a motivarnos y a lograr esas metas.
Debes tener en cuenta al ahorrar que hay muchas formas de hacerlo, pero la clave siempre está en gastar menos de lo que se ingresa, por lo que la mayor desventaja es que en ocasiones tenemos que ajustarnos el cinturón y posponer (incluso renunciar) a cosas que nos gustan.
Ventajas y desventajas de INVERTIR.
Una vez que hemos conseguido ahorrar y vivimos sin estrecheces, lo lógico es intentar poner a trabajar ese dinero de forma inteligente para que nos aporte rendimiento.
El objetivo siempre debe ser, al menos, igualar a la inflación para que nuestro patrimonio no pierda valor. Recuerda que hay quien llama a la inflación “el impuesto silencioso”, ya que trabaja mermando, poco a poco y sin casi darnos cuenta, el valor de nuestro dinero.
A partir de ahí, el retorno que logremos dependerá mucho del tipo de producto de inversión por el que optemos (desde inversión directa en Bolsa a fondos de inversión o planes de pensiones) y la clase de activos que compongan las carteras: renta variable internacional o española, renta fija privada, deuda pública.
La gran desventaja es que la inversión no es una ciencia exacta y nunca hay seguridad absoluta de que lograremos una rentabilidad, ni siquiera hay garantía de que recuperemos el capital inicial invertido al completo. Y es que, como no nos cansamos de recordar, ningún tipo de inversión está exenta por completo de riesgo.
¿Es mejor ahorrar o invertir?
La pregunta final podría ser si es mejor invertir o ahorrar. A esa cuestión no hay una respuesta única, ya que depende de cada uno y de sus objetivos.
Podríamos decir que si lo que buscamos es ser previsores y poder hacer frente a gastos absolutamente imprevistos y/o predecibles en el tiempo, nuestro objetivo siempre debería ser ahorrar. El propósito es contar con un colchón financiero que nos pueda ayudar en momento de estrecheces económicas o para asumir desembolsos extraordinarios a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, si hemos conseguido ahorrar suficiente y consideramos que contamos con un excedente, lo suyo sería invertir para intentar que ese dinero no pierda valor con la inflación y, mejor aún, pueda aumentar gracias a la rendimiento que consigamos.